Navidad en familia con experiencias compartidas
Aprovechar esta fiesta para compartir y regalar experiencias que contribuyan a la formación de los hijos, es la propuesta del programa “Aprender en Familia” de Fundación CAP.
Las celebraciones de fin de año son importantes, ya que generan un espacio de reunión y evaluación de lo que, simbólicamente, puede ser un cambio o cierre de ciclo. Con unos últimos meses difíciles para el país a raíz del estallido social, la Navidad es una gran fecha para la unión familiar y pasar tiempo de calidad con los seres queridos. Es por eso que la psicóloga del programa “Aprender en Familia” de Fundación CAP, Catalina Bunster, entrega una serie de recomendaciones para que los padres puedan celebrar de la mejor forma junto a sus hijos.
Los más pequeños también están al tanto de lo que ocurre en el país. Y para que puedan disfrutar de esta festividad, la profesional de Fundación CAP recomienda que estén en un espacio emocionalmente contenido, por aquellas personas en las que el niño confíe y se sienta querido. “El ambiente emocional es fundamental para producir una fiesta bonita y un recuerdo memorable, generándolo a través de espacios de escucha de sus emociones y comentarios, validando su opinión y su sentir”, explica.
Es por eso que más que nunca esta Navidad se debe vivir en unión, considerando especialmente a los más pequeños. Integrarlos a la familia a través de la ayuda en el hogar con la decoración de la casa o del arbolito, realizar tarjetas para sus seres queridos o ayudar en la cena navideña. También es importante transmitirles a los niños el verdadero sentido de esta fecha. “Recordarles que el valor de este momento es poder disfrutar los unos de los otros, y que los regalos son solo una gran muestra de cariño en la familia”, afirma.
Claves para los padres
Crear espacios seguros: la crisis social que afecta al país también llega hasta los más pequeños. Para que se sientan seguros y puedan disfrutar de la fiesta de la Navidad, se recomienda que estén en un espacio emocionalmente contenido, por aquellas personas en las que el niño o niña confíe y se sienta querido.
Incorporarlos en la organización: no dejar fuera a los más pequeños en la celebración. Es importante aprovechar de hacerlos parte como miembros fundamentales de cada familia, con responsabilidades que puedan ir asumiendo según la edad. Crear decoración para el árbol o la casa en general, preparar regalos o dibujar tarjetas para sus hermanos o sus padres y adultos significativos, junto con ayudar a preparar la cena navideña.
Generar empatía: la Navidad es una excelente fecha para enseñar y generar conciencia en los niños, especialmente sobre aquellos que tienen menos. Es una buena ocasión para conversarles sobre quienes no tienen siempre la oportunidad de disfrutar lo mismo que ellos, y promover la empatía en nuestros hijos.
¿Qué regalar? Los juegos que les damos a los niños y niñas deben facilitar la imaginación, con un propósito claro a promover en ellos, para que desarrollen habilidades, competencias o nuevos conocimientos. Debe ser algo que apunte a sus intereses personales, sin forzar cosas que no le interese o bien sean normadas por el género. Por ejemplo: instrumentos musicales, libros de cuentos, legos o piezas que permitan construir sin límite de la imaginación.
Experiencias compartidas: los regalos no solo pueden ser materiales o concretos, una buena opción también puede ser entregar una experiencia compartida: ir al cine, zoológico, plazas o parques temáticos, trekking a un cerro o alguna actividad cultural de interés común. En los tiempos actuales, regalar tiempo de calidad a los niños es un bien muy preciado. Promover juegos donde el adulto también pueda ser parte de la entretención, ayuda a cumplir con el significado de la Navidad.
Acerca del programa Aprender en Familia:
El programa Aprender en Familia, creado y desarrollado por Fundación CAP, ha beneficiado a cerca de 40 mil estudiantes y sus familias, de un total de 124 establecimientos educacionales, abarcando desde salas cuna y jardines infantiles públicos hasta escuelas y liceos, ubicados en las regiones de Atacama, Coquimbo, Metropolitana y del Biobío. Su principal desafío es potenciar el aprendizaje, bienestar y desarrollo de los párvulos y estudiantes, involucrando a los padres y/o apoderados en su proceso educativo, y potenciando la alianza Familia-Escuela/ Jardín. Con una duración de tres años en Escolar y dos en Educación Parvularia, es un programa único en Chile, y contempla el trabajo sistemático en tres áreas: Vincular y reforzar la relación entre establecimiento educacional y sus agentes educativos con las familias; capacitar a apoderados para potenciar sus habilidades parentales y apoyar el proceso educativo de sus hijos y fortalecer las redes de apoyo.