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Cómo reconocer y aceptar el miedo frente a la pandemia

Por Claudia Soto, psicóloga, coordinadora Programa Aprender en Familia de Fundación CAP.

Uno de los efectos más notorios del COVID-19, es la sensación de miedo que está presente en la mayoría de las personas en estos momentos.

Está el miedo a ser contagiado, a que se contagie algún ser querido, a perder el empleo, a salir de las casas, a explicarles a los niños y niñas lo que sucede, incluso el miedo a perder la vida.

La incertidumbre, inseguridad y ansiedad que se experimenta en una situación de pandemia, nos enfrenta directamente con el miedo y con el reconocimiento de la fragilidad humana. Sentir esto, es absolutamente esperable en estos periodos y se presenta de diferentes formas en cada persona, pero es casi seguro que todos y todas lo sentimos.

A veces, el miedo se puede tornar tan abrumante que llega a paralizarnos impidiendo que continuemos con las actividades cotidianas, o puede negarse como una forma de “sentirse fuerte” para poder seguir funcionando. Pero también puede ser identificado, enfrentado y expresado adecuadamente, reconociendo que es parte de nuestra emocionalidad y acorde al momento que se está viviendo.

El miedo nos ayuda a reconocer que existe una amenaza, sea ésta palpable o no. Se trata, entonces, de una emoción adaptativa que permite estar alertas y reaccionar ante el peligro, lo cual ha sido clave para la supervivencia de la especie. Sin embargo, cuando esta respuesta es prolongada debido al estrés o la incertidumbre que provoca una amenaza inmanejable como la pandemia del coronavirus, puede tornarse perjudicial para nuestra salud física y mental. Por esto, es muy importante expresarlo y regularlo y el primer paso es aceptar que sentimos miedo. Luego, es importante reconocer la forma en que cada uno lo manifiesta y observar lo que nos pasa en el cuerpo cuando esta emoción está presente.

Para disminuir la sensación de miedo en estos momentos, se puede conversar de lo que sentimos con alguien de confianza, escribirlo, dibujarlo, etc. También puede ayudar recordar otros momentos difíciles en nuestra historia, identificando aquellos recursos personales que nos ayudaron a enfrentar ese momento.

En esta situación de pandemia, muchos niños y niñas están sintiendo miedo y es fundamental, como adultos, estar cerca de ellos/as, ayudarles a ponerle nombre a esto que están experimentando y permitir que lo expresen sin culpa ni vergüenza.

Muchas veces, los niños/as pequeños no pueden entender o explicar sus emociones y las expresan de una forma diferente a los adultos. Puede que demuestren el miedo poniéndose más irritables, siendo muy demandantes de la compañía de sus cuidadores, exigentes con el tiempo que necesitan de los adultos, o presentando conductas regresivas o más “aguaguadas”, dificultad para dormirse o temores en las noches, etc. Por esto, una buena forma de apoyarlos es generar un espacio que les permita comprender y expresar en palabras lo que pueden estar sintiendo frente a la pandemia, diciéndoles por ejemplo: “Es normal que tengas miedo, todos lo sentimos a veces”, “Yo voy a estar contigo y todos juntos lo superaremos”, “Lo que está pasando ahora, luego va a terminar y volveremos a hacer las actividades de antes”.

En estos momentos, los niños y niñas necesitan que los adultos les transmitamos seguridad y calma, para lo cual es necesario lograr, primero, el control de nuestras propias emociones. Si logramos hacer esto, podremos contenernos a nosotros mismos para así contener y acompañar a los niños y niñas entregándoles, protección, cuidados y tranquilidad de que todo volverá a estar bien.